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Mosaico de Pompeya. |
Parece obvio que a escribir se aprende escribiendo. Debería ser fácil porque, si se trata solo de escribir, podemos hacerlo en cualquier momento.
Sin embargo no es tan sencillo.
Una cosa es copiar o responder una cuestión y otra es "crear", esculpir una historia desde cero.
Aprendiendo el oficio de escultor de palabras.
Elegir los materiales:
Siguiendo ese ejemplo, para esculpir necesito: buenos materiales, herramientas. En nuestro caso se trataría de tener un bolígrafo/lápiz/rotulador... que nos guste y con el que resulte fácil y agradable escribir, y una libreta que, del mismo modo, nos sea agradable como soporte. No hace falta que sea especialmente cara ni bonita, la cuestión es que, al verla abierta delante nuestra, nos invite a escribir: hay quien prefiere páginas con las líneas dibujadas, a cuadros, en blanco, cuadernos grapados, con el canutillo de metal o encuadernado... lo que más os guste.
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J K Rowling trabajando en su escritorio. |
Crear un buen lugar para escribir:
Del mismo modo que para esculpir se necesita un sitio agradable que nos permita realizar ese trabajo, para escribir lo ideal es que tengamos un espacio preparado para ello. Podemos adornarlo, poner nuestros libros de referencia, nuestras libretas, la zona del portátil o el ordenador, fotos... Ese será nuestro sitio de referencia, nuestro lugar especial. Cuanto más trabajemos allí, más nos servirá para centrarnos en lo que hacemos.
Eso no quiere decir que no podamos escribir fuera, al contrario. Es genial ir con una libreta y escribir por cualquier parte si encontramos algo que nos llama la atención. Pero esos apuntes luego se deben llevar al lugar de trabajo para darle forma. En nuestro rincón se hace el trabajo más difícil: la materialización de la idea en el texto definitivo.
Y picar y picar: la perseverancia.
Para aprender el oficio de escultor necesitarás buenos referentes, mirar a otros escultores que te sirvan de modelo, te muestren técnicas, te enseñen herramientas (ahí entra la lectura y los Talleres de Escritura), pero sobre todo es importante la práctica. Por tanto, si tenemos verdaderos deseos de escribir hay que empezar cultivando nuestra perseverancia.
La sombra del censor interno.
El otro gran enemigo, por llamarlo así, es la autocrítica.
Entendámoslo bien; es importante saber valorar lo que hacemos, distinguir entre algo bien escrito o mal escrito, por lo tanto la autocrítica en sí no es negativa, pero hay que mantenerla a raya. Hay un momento para echar mano de ella y otros en los que debe aprender a quedarse callada. Incluso cuando es su turno... tendremos a veces que decirle: "Oye, déjame equivocarme", porque algo, aunque nos parezca mal escrito, es mejor que no atrevernos a escribir nada por miedo a hacerlo "mal".
Los errores, ya lo sabéis, son oportunidades para aprender y hay que darles valor.
De modo que debemos educar a esa presencia que está en nosotros.
Para superar estas primeras dificultades os propongo una actividad diaria que podéis llevar a cabo durante el mes que dura el taller os propongo este ejercicio para hacer diariamente
Esto te servirá para:
Uno de nuestros libros "de cabecera" será "Gramática de Fantasía" . Un libro fundamental con muchísimas ideas para crear un cuento.
- Crearte una rutina de trabajo.
- Aprender a dejarte llevar y perderle el miedo a escribir.
- De cuento escribas podrás sacar ideas para personajes, cuentos, relatos… ¡Es una mina que llevas dentro!
Uno de nuestros libros "de cabecera" será "Gramática de Fantasía" . Un libro fundamental con muchísimas ideas para crear un cuento.
Y, para que vayas conociendo a tu "censor interno", te propongo el siguiente ejercicio:

Para finalizar, nunca olvidemos que la escritura tiene que divertirnos. No dudes en poner sentido del humor en cualquiera de tus propuestas. Juega y diviértete con las palabras.

Para finalizar, nunca olvidemos que la escritura tiene que divertirnos. No dudes en poner sentido del humor en cualquiera de tus propuestas. Juega y diviértete con las palabras.
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